viernes, 5 de septiembre de 2008

LA CATEDRAL DE GUADIX (MAGNA SPLENDORE)











Publicamos el siguiente comentario del escritor e historiador Carlos Asenjo Sedano, referido a la importante publicación sobre la Catedral de Guadix, magna splendore:



PUBLICADO por Mouliaá Map SL, ha salido recientemente a la calle una fastuosa edición sobre la catedral de Guadix, en la que no se sabe qué elogiar más, si las ilustraciones fotográficas debidas a la cámara de Juan Manuel García Sánchez, o el conjunto de textos monográficos sobre los distintos aspectos de esa fábrica catedralicia, debidos a eminentes profesores, especialistas en arte, de las Universidades de Granada, Málaga, Jaén, Murcia, Valladolid, precedidos de un prólogo de C. Asenjo Sedano, primer historiador de este templo. Son tales los doctores Agüera Ros, Baño Martínez, Fajardo Ruiz, Galera Andreu, Ibáñez Sánchez, Lázaro Damas, León Coloma, Martínez Medina, Pérez López. Pérez Mancilla, Pérez Sánchez, Ramallo Asensio, Rivas Carmona, Uliarte Vázquez y Zalama Rodríguez.La obra, de carácter monumental en su formato y edición de gran lujo, examina todas las vicisitudes de esta catedral, y aún las del obispado en que ese templo se inserta, al tiempo que estudia desde el punto de vista erudito y crítico, no sólo los aspectos referentes al desarrollo de su fábrica, sino también los otros aspectos contenidos en un templo de




estas características, es decir, su contenido en imaginería, pintura, orfebrería, carpintería, iconografía, música, documentación, bibliografía, planimetría, etc, con profusión de imágenes, antiguas y modernas, que logran hacer del extenso contenido de la obra un verdadero manantial gráfico de toda su riqueza, hasta hoy buena parte de ella inédita por incapacidad técnica de alcanzar la visión humana los rincones curiosos y subyugantes que sí ha sido posible alcanzar al fotógrafo, un auténtico artista de la imagen.LA catedral de Guadix, una de las de ese último ciclo correspondiente a la conquista del reino nazarí de Granada, -Granada, Málaga, Almería, Jaén y Guadix-, asentadas, generalmente, sobre el solar de las precedentes mezquitas aljamas musulmanas, que a su vez se alzaron sobre los vestigios y las fábricas de las últimas iglesias mayores hispanogodas dedicadas al culto de Santa María, la catedral de Guadix, como su obispado, tiene la característica de ser la única sede catedralicia sita en una no capital de provincia en toda Andalucía, consecuencia de la creación antiquísima de esta Sede episcopal ya en los tiempos apostólicos, por lo que entre sus piedras y vicisitudes se encierra una parte muy importante de la misma historia del cristianismo peninsular.PERO, consecuente con su asentamiento en una ciudad mediana, y no ser capitalidad de provincia, la atención que hasta hoy ha merecido a los historiadores y críticos de arte, ha sido muy marginal, hasta el punto de no conocerse la mayor parte de su desarrollo arquitectónico hasta época muy reciente. Y mucho menos se han analizado críticamente todas las manifestaciones artísticas, valorándose el conjunto de su fábrica, y su contenido, desde distintos puntos de vista, como ahora se hace en este Libro, por lo que su gran riqueza, en todo los aspectos, ha permanecido desconocida e infravalorada. A lo que hay que sumar el gran destrozo padecido en la pasada guerra civil, con la desaparición de prácticamente todos sus tesoros de imaginería, pintura, orfebrería, códices, ediciones príncipe, incunables, bulas, etc.Y eso y a pesar de que la Catedral de Guadix, -ya Magna Splendore- es una auténtica joya de la arquitectura sagrada española, que logra alzarse desde un tardío gótico decadente, a punto de extinguirse, a la plenitud del Renacimiento acaudillado por Diego de Siloé -las Águilas del Renacimiento- y los maestros de su círculo asentados en torno a la catedral granadina y los otros templos capitalinos, pero que aún nos dejarán un resquicio para asomarnos a la arquitectura musulmana de las mezquitas almohades. Y que por las premuras económicas de aquellos tiempos, y la merma de rentas que supuso la rebelión y expulsión de los moriscos de estos reinos, alargará su construcción en el tiempo casi hasta la misma Guerra de la Independencia de 1808, dando lugar a que, en las sucesivas etapas de su construcción, se pase de aquel Renacimiento al siguiente Barroco y hasta el Neoclásico y el Rococó de su fachada, en un alarde de dominio técnico que hará de esas transiciones y amarramientos, un verdadero ejercicio de maestría técnica, especialmente, en lo que supone el difícil ejercicio de articular y montar bóvedas catedralicias, como


en el otro difícil ejercicio de hacerlo con suma pulcritud artística, y en donde los maestros Blas Antonio Delgado, Vicente Acero y Gaspar Cayón darán muestras de su pericia indiscutible.UNA catedral que así, en ese desarrollo tan dilatado en el tiempo, encierra un auténtico tratado de arquitectura, desde los Reyes Católicos hasta Carlos IV, y de cuyas enseñanzas serán discípulas aprovechadas las catedrales de Cádiz y las otras de La Habana o el Sagrario de la catedral mexicana, debido a Lorenzo Rodríguez, el alumno aventajado de la lección guadijeña, con Torcuato Cayón, el magnífico dibujante del templo gaditano.En definitiva, un libro cargado de excelencias gráficas y eruditas, debido a la editorial Mouliaá AP, y, obviamente, al patrocinio del obispado de Guadix y su titular, don Juan García Santacruz Ortiz, y su cabildo catedralicio, sin olvidar la gestión de esa obra magna a cargo de los eficientes sacerdotes don Andrés Porcel y don Antonio Fajardo, los auténticos artífices de este proyecto y de su feliz alumbramiento.




Carlos ASENJO SEDANO




(Publicado en IDEAL, de Granada, el 5 de septiembre de 2008)

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